miércoles, 22 de noviembre de 2017

Biogeografía

Es la disciplina de la biología comparada que se encarga de estudiar los procesos causales –histó- ricos y ecológicos– que determinan la distribución espacial de los organismos.
Tradicionalmente se ha dividido esta disciplina en dos enfoques:
la biogeografía ecológica, que estudia los procesos que actúan sobre la distribución espacial de los organismos a escala local,

y la biogeografía histórica, cuyo objetivo es explicar la distribución geográfica de los seres vivos en términos de su historia evolutiva. Esta última se considera como una disciplina directamente emparentada con la sistemática



La biogeografía histórica es la disciplina evolutiva que busca reconstruir los patrones o modelos de distribución de la diversidad biológica e inferir los procesos o mecanismos implicados, utilizando como base las relaciones de parentesco entre los organismos y su distribución geográfica. Aborda cuestiones tan fascinantes cómo por qué algunas regiones geográficas son más diversas que otras, cómo y cuándo se originó la diversidad actual de un continente, o por qué organismos evolutivamente próximos se encuentran ahora separados por grandes barreras geográficas como cuencas marinas o cadenas montañosas. Se trata de una disciplina sintética, que aúna los conocimientos de campos tan diversos como la sistemática, la paleontología, la geología y la geografía. Desde antiguo, los científicos se han sentido intrigados por el origen de distribuciones disyuntas como la del grupo austral, que se muestra en, en la cual los miembros de un mismo taxon habitan localidades aisladas entre las que no existe continuidad geográfica. ¿Cómo explicar el origen de estas distribuciones disyuntas que se extienden a través de distintos continentes y cuencas oceánicas? Tradicionalmente se han propuesto dos procesos o mecanismos históricos considerados como opuestos: 





1. Dispersión: el antepasado del grupo se originó en un área ancestral o ‘centro de origen’, desde donde se dispersó a otras áreas cruzando sucesivas barreras geográ- ficas (por ejemplo, cuencas marinas en la Fig. 1B). Cada uno de estos eventos de dispersión puede conducir a especiación alopátrida, al imposibilitarse el flujo génico entre la población original y la dispersora por la presencia de la barrera y el llamado ‘efecto fundador’. 2. Vicarianza: el ancestro del grupo ocupaba un área ancestral que entonces abarcaba toda su distribución actual, y que se dividió por la aparición sucesiva de barreras geográficas (por ejemplo, la división del supercontinente mesozoico de Gondwana por la formación de nuevos océanos en la Fig. 1C). Cada uno de estos eventos de división geográfica fue seguido de especiación alopátrida de la población ancestral, de forma que cada descendiente es ahora endémico de un continente. El resultado final de ambos procesos, dispersión y vicarianza, es el aislamiento espacial de una población por una barrera geográfica y la consiguiente diferenciación de un nuevo taxon por especiación alopátrida. Sin embargo, mientras que en la explicación dispersionista la barrera es más antigua que la disyunción geográfica, en la vicariante la aparición de la barrera geográfica es la causa de la disyunción y la subsiguiente especiación, por lo que no puede ser más antigua que ésta. 

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